(Foto: DD)
Cabe detallar que la fotografía no tiene iluminación artificial, esta flor azul y silvestre como las del poema de Alejandra Oviedo emanan su luz, reflejo del sol, son rivales de la luna en distinta jornada, crecen a la intemperie sin nadie que las cuide o las admire, y en su desnuda sencillez resplandecen ante el lente de una aficionada.
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